El logotipo es una de las partes más importantes de la identidad corporativa de una empresa. Es el símbolo que representa la marca y la hace reconocible por sus clientes y público en general. Sin embargo, en ocasiones es necesario hacer variaciones de ese logotipo para adaptarlo a diferentes situaciones o usos. En este artículo vamos a hablar de las variantes de logotipo más comunes y cuándo es adecuado utilizarlas.
Variante vertical
La variante vertical es una de las más comunes. Se trata de una versión del logotipo en la que el texto se coloca debajo del símbolo. Esta variante es útil cuando el espacio horizontal es limitado o cuando se quiere destacar más el símbolo que el texto. Es adecuada para tarjetas de visita, folletos o publicidad en redes sociales.
Variante horizontal
La variante horizontal es lo contrario a la anterior. En este caso, el texto se coloca al lado del símbolo. Es adecuada para situaciones en las que el espacio vertical es limitado, como en la cabecera de un sitio web o en una firma de correo electrónico.
Variante negativa
La variante negativa es una versión en la que se utiliza el color de fondo como color del logotipo y se deja el símbolo y el texto en blanco. Esta variante es adecuada para situaciones en las que el color de fondo es muy llamativo o cuando se quiere tener un efecto de transparencia.
Variante monocromática
En la variante monocromática se utiliza una sola tonalidad de color para el logotipo. Esta variante es adecuada para situaciones en las que se quiere imprimir el logotipo en blanco y negro o en escala de grises. También es adecuada para situaciones en las que se quiere destacar la simplicidad del logotipo.
Variante en negrita
La variante en negrita se utiliza para destacar el logotipo en situaciones en las que compite con otros elementos gráficos o visuales. En este caso, se aumenta el tamaño del texto y se utiliza una fuente más gruesa para que el logotipo sea más visible.
Conclusión
La elección de la variante de logotipo adecuada dependerá en gran medida del uso que se le va a dar. Es importante tener en cuenta factores como el espacio disponible, el tipo de soporte o la competencia visual para elegir la variante más adecuada. En cualquier caso, lo más importante es que el logotipo siga siendo reconocible y represente la esencia de la marca.